Contrario a lo que se pensaba, ayer presenciamos un clásico bastante movidito. Sin ser espectacular y sin gran nivel técnico, debemos agradecer a los jugadores por haberle puesto las ganas que merece este tipo de partidos (aunque Chucho Ramírez diga que no es cierto). El resultado fue un partido intenso, con muchas llegadas en ambas porterías y una merecida victoria para el equipo que ofreció mejores argumentos.
En duelo de Ramírez, el debutante Paco superó a Jesús con un juego más vertical y sobretodo, mucho más rápido. El Guadalajara salió con un 5-3-2 que se convertía en 3-4-1-2 cuando tenían la pelota, con Ramoncito Morales como avión por la banda izquierda y mandando latigazos a los rápidos delanteros tapatíos (cualquier similitud con el esquema lavolpista es mera coincidencia). El América salió con un rígido 4-4-2 que aportó muchas ganas pero muy poco futbol. La salida de Fernando Ortiz fue la extraña novedad en el cuadro de Coapa. Chucho había venido jugando con línea de 5, teniendo a Ortiz como líbero, sin embargo, en esta ocasión decidió dejarlo en el banquillo y optar por dos centrales en lugar de tres.
Por parte de las Chivas cabe destacar el ritmo e intensidad durante todo el equipo. Todos suben y todos bajan. Prueba de ello es que el lateral derecho y autor del gol, Sergio Amaury Ponce, remató en el área chica rival en una jugada de contragolpe. El orden defensivo y la movilidad en el frente son las armas principales de este Guadalajara. Los que más lucieron ayer fueron Ramón Morales, Omar Arellano, Héctor Reynoso y por supuesto, el portero Luis Michel. Como señalamos en la semana, Michel podía ser pieza fundamental en el partido para las Chivas y terminó siéndolo. Si bien no hubo una presión abrumadora sobre su marco, es cierto también que las 3 ó 4 de peligro que tuvo el América supo contenerlas de excelente manera. Creo que la posición de portero será la más difícil decisión en las convocatorias de Aguirre (que por cierto observaba en la tribuna).
Del lado americanista la situación empieza a preocupar. Pasan partidos, torneos y técnicos y el América sigue sin jugar a nada. Se ha convertido en un equipo desdibujado, sin identidad ni ambiciones. Un equipo grande que juega como chico: si Salvador Cabañas no alinea, las Águilas nada más no caminan. Ayer jugó con trazos largos (un eufemismo para el famoso pelotazo) tratando de saltar líneas a ver qué le llega a sus delanteros. De Pinho y Esqueda corrieron todo el partido pero siempre estuvieron muy solos. Si no tienen balones a modo es difícil que puedan hacer daño; de hecho, las jugadas de peligro que tuvo el América fueron individualidades de estos dos jugadores. La única vez que se observó acompañamiento terminó en un disparo a gol de Pável Pardo que detuvo bien Michel. El América de ayer me recordó a la Selección de Eriksson: el 4-4-2, los pelotazos al frente, y sobre todo, la falta de identidad en la cancha. Sin Cabañas, los de Coapa no sólo pierden el gol sino que carecen de un líder dentro del campo. Destacaría solamente el entendimiento entre Ángel Reyna y Enrique Esqueda (que es mal centro-delantero pero buen acompañante), y las dos o tres atajadas de Memo Ochoa. Ante la falta de idea de tres cuartos de cancha hacia al frente, me gustaría que le dieran más minutos a Chitiva.
Lo que más me gustó ayer fue la entrega de los equipos. El Chivas-América ha estado muy devaluado últimamente y de no ser porque la afición es fiel y la mercadotecnia es efectiva, estaría en peligro su calidad de Clásico. Los jugadores de ambos equipos ayer dieron ese extra que se debe de poner en los partidos importantes y demostraron que este no es un partido más. A los aficionados nos gustaría ver más Clásicos con esta misma intensidad pero con mayor calidad futbolística.
Por último, aunque sería un error atribuirle la victoria de ayer a Paco Ramírez, puede ser muy interesante la propuesta de este lavolpista con el Guadalajara. Tiene el equipo para hacer jugar bien a las Chivas y solamente falta ver si tiene los conocimientos y el manejo de vestuario para lograr su objetivo. Siendo sincero veo escasas las posibilidades del Guadalajara en este torneo pero pienso que la Copa Libertadores puede ser una muy buena oportunidad para el equipo tapatío.
Tiempo de compensación- Con la llegada de Paco Ramírez a Chivas, Jalisco se ha convertido en una plaza 100% lavolpista, pues se suma a Miguel Herrera que dirige con los Tecos y el maestro de todos ellos, Ricardo Lavolpe, que entrena al Atlas.
lunes, 20 de abril de 2009
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