domingo, 31 de mayo de 2009

Tristeza


Es el mejor nombre que puede llevar este post. Es la mejor palabra para definir el sentimiento de los yucatecos que observamos el juego de ayer. Otra vez, se estuvo taaan cerca…

No hay nada que reclamarle a este equipo que tuvo un gran año: fue el segundo mejor en puntos a lo largo de los dos torneos, se proclamó campeón del Clausura 2009 ante el supuesto favorito Tijuana y jugó una gran final de ascenso contra Gallos Blancos, en la que desgraciadamente, se quedó en la orilla pero jugando al futbol.
Lástima por esta escuadra porque realmente fue muy competitivo, tenía muy buenos jugadores y hubiera sido digno equipo de Primera División Nacional por primera vez en el Estado. Además, hay que agradecerles que motivaron a la gente, que la llevaron al estadio, que regresó el gusto por el futbol en Mérida.
Del partido quisiera destacar algunas cosas. En la ida sucedió algo rarísimo: la defensa de los Venados recibió dos goles en un solo partido. Se había mostrado una defensa sólida, experimentada, que no había dejado pasar nada en los últimos partidos de liguilla y los Gallos Blancos lograron batirla en dos ocasiones: una con un penal dudoso y otra con error combinado del portero (dejando el rebote en el área) y la defensa (dejando solo al delantero Romo para empujarla). No sé si David Patiño y el resto del equipo sintieron el ascenso como cosa segura y se relajaron ante unos Gallos que tenían siete semanas sin jugar mientras que los Venados llevaban 11 partidos invictos. Lo cierto es que no fue uno de esos juegos a los que Mérida nos tenía acostumbrados y gracias al gol de Orozco se mantuvo la esperanza de remontada.

En la vuelta, el equipo salió a buscar todo como lo tenía que hacer: siguió con su 4-4-2 característico pero en lugar de tener dos contenciones (Cariño y Landa) esta vez dejó solamente al surgido de Pumas como escudo y en lugar de Landa jugó Pedro Beltrán pero por la banda derecha. El “Parejita”, dueño de ese sector, se movió entonces libre por todo el centro, jugando como una especie de enganche detrás de Olsina y el “Chuleta”.
Hasta ahí las cosas estaban saliendo como se esperaban: calor de 40 grados, Querétaro sin estar encerrado totalmente atrás pero a la espera del rival, los Venados empujando hacia el frente en busca del empate y una afición volcada por el equipo. Los problemas empezaron con la desafortunada lesión de Cariño puesto que el entrenador ciervo tuvo que “quemar” su primer cambio y meter a Landa a cubrir la contención. El parado permanecía igual pero Patiño sabía que se le había ido un cambio que por las condiciones de juego luego podría extrañar. Y así fue…
Los Venados trataban pero llegaban con poca claridad. Lo mejor que tuvieron fue una muy buena jugada por izquierda de Sony Guadarrama, un tiro libre de Corona y una combinación entre Orozco y Olsina. Fuera de ahí, nada. De los Gallos sólo se supo de un tiro de esquina con mucho veneno que nadie alcanzó a rematar. Fue hasta el segundo tiempo que el lleno en el Carlos Iturralde pudo gritar el gol de los Venados: ¡derechazo de Pedro Luis Beltrán que Martínez no pudo atajar y el global se empataba con 40 minutos en el marcador para matar a los Gallos!

Ahí estuvo la clave del jugo a mi parecer: los cambios. No me gustó la lectura del partido que hizo Patiño y sí la que hizo Medrano y se notó. Cuando siguieron los problemas con la lesión de Beltrán, el “rockero” mandó a la cancha a Nico Saucedo, un jugador de características muy similares a las de Orozco. Alto, de garra, que cubría bien el balón pero sin mucha movilidad y drible como otros jugadores, Saucedo hizo un buen partido pero no fue el revulsivo que se esperaba para matar el juego. Minutos después, Patiño saca a Guadarrama, el más habilidoso en el ataque ciervo en el juego y mete a Mario García, un hombre de toda su confianza (no me queda claro por qué) pero de condiciones más defensivas. En cambio, por el otro lado, Medrano hizo cambios pensando en la rapidez de un contragolpe, sacó a Gerk (de partido mediocre) y metió a Tridente que tiene más ida y vuelta. Sacó a González que estaba fundido y metió al jovencito Piña. De hecho, estos últimos dos que entraron de cambio tuvieron en sus pies el gol del ascenso para Querétaro pero lo desaprovecharon.

Con el calor en el Iturralde era evidente el cansancio de ambas defensivas, a los jugadores realmente les costaba trabajo correr por el balón o alcanzar un rival. Con los tiempos extras esta condición se iba a acentuar aún más. Así lo entendió Medrano y por poco nos aniquila. Patiño prefirió sacar a su hombre más habilidoso y dejar en la banca a gente de mucha movilidad como Bernardo Sainz y jugársela con dos altos pero lentos (Orozco y Saucedo) y un creativo que no podía ni con su alma (Olsina). ¡Ante defensivas de piernas cansadas la mejor arma es una delantera de piernas frescas! Además, los Gallos prácticamente estaban echados esperando los penales. Había que matar el juego, no llegar a los penales (que de hecho, si es cierto lo que comentó García a TvAzteca al terminar el juego, los de Mérida ni siquiera entrenaron penales porque nunca pensaron llegar a esa instancia). Me hubiera gustado, mejor, ver juntos a Guadarrama y Sainz sirviéndole balones a Orozco. Olsina es un gran jugador pero estaba fundido, acalambrado. Y de paso, lo dejaron tirar un penal en esas condiciones y fue el único que falló de los diez cobradores. Del resto, mejor ni hablar.
En fin, como dije al principio, no hay nada que reclamarles a estos jugadores. Hicieron un gran partido. Para mí, la estrategia falló. Pero son cosas del futbol, de un entrenador que nos llevó hasta jugar un ascenso como hace 10 años no pasaba.
A destacar

La labor del “Pareja” López. Qué manera de dejar todo en la cancha. Corrió los 120 minutos y además metió su penal. Hubo una jugada en la que le ganó por velocidad la partida a Tridente que tenía 10 minutos en la cancha cuando “Parejita” llevaba más de una hora jugando bajo 40ºC. Me parece que no es el jugador fino y de mucha técnica que fue bicampeón con Pumas pero definitivamente ha compensado esa falta con entrega y garra.

La defensa de los Venados. No por nada fueron el equipo menos goleado, Mérida tuvo un par de centrales de Primera División. Federico Mancinelli es para mí el mejor jugador del equipo: durísimo en la marca, grita, acomoda a sus jugadores, manda, gana TODOS los balones divididos, va bien por arriba. Un excelente jugador el argentino. Y tuvo una gran pareja en Memo Chávez que pelea todas las jugadas, casi siempre hace los cierres a tiempo, es seguro, tiene buen juego aéreo. Por si fuera poco, estos últimos partidos en los que le tocó ser titular, Enrique Pérez dio una gran demostración. Callado pero seguro, Pérez contuvo las peligrosas delanteras de Tijuana y Querétaro. Lo mejor de Venados, su defensa.

Los Venados de Segunda División. Felicidades a los chavos que sí lograron el ascenso y consiguieron, por fin, que alguien le arrebate alguno de sus tantos títulos al Pachuca. Aunque el segundo torneo no fue muy bueno para ellos, en la final fueron hasta la Bella Airosa a terminar la obra que empezó en agosto pasado (curiosamente, situación similar a la que vivió Gallos Blancos, desgraciadamente). Felicidades.
En el futuro
Todo parece indicar que los Venados recién ascendidos a Primera “A” serán vendidos y la directiva se quedará con el equipo filial de Monarcas Morelia. Al parecer hay varios jugadores monarcas, a préstamo con los ciervos, que serán puestos transferibles y no se sabe si regresarán a Mérida. Carlos Cariño, por su parte, termina su préstamo y tendrá que reportar con Veracruz para conocer cuál será su destino. Ojalá se mantenga esta base de jugadores porque han hecho un buen trabajo y se han ganado el cariño y aprecio de la afición. Muchos son ídolos. La gente no sólo sabe quién es el “Rayo” Arredondo sino que ahora conoce al “Chuleta” Orozo o Memo Chávez. Me gustaría también que algunos de los jóvenes de los Venados de Segunda División se incorporen al de Primera “A” y sobretodo, que hayan jugadores locales en el equipo para darle una mayor identidad.

Esta vez no se logró pero queda el buen sabor de boca por lo realizado por el conjunto. Esperemos el próximo año tener mejor suerte. Felicidades a los dos Venados Campeones.

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