
Cumpliendo con todos los pronósticos, los Rayos del Necaxa es el equipo que desciende a la Primera División “A” del Futbol Mexicano. Los hidrocálidos fueron derrotados por su “hermano mayor”, las Águilas del América, y con el empate de Tigres contra Morelia, fue inminente su boleto a la división de ascenso. Me da mucha pena por este histórico del balompié nacional, por su trayectoria, por sus títulos, por sus seguidores; sin embargo, siendo justos, el Necaxa es el conjunto que merece el castigo del descenso, por encima de todos los demás.
Como habíamos mencionado anteriormente, el Necaxa fue el equipo con menos puntos en todo el año futbolístico. Además, entre los involucrados en el descenso, fue uno de los dos conjuntos que se reforzó con numerosos elementos de calidad y aún así las actuaciones que ofrecieron fueron realmente pobres. Finalmente, pareciera que los jugadores e incluso el técnico no estaban comprometidos con la institución (incluso se observa después del último partido cuando al parecer no les pesa la derrota y el inminente descenso) puesto que en ningún momento se les notó garra, hambre de triunfo o un mínimo de vergüenza futbolística.
Claro que las cosas no son así de sencillas, también es cierto que es sumamente complicado para un equipo encontrar una identidad cuando los jugadores se sienten tratados como mercancías y no como profesionales. Para nadie es un secreto que Germán Villa, el “Pocho” Insúa, Alfredo Moreno, el “Chacho” Coudet y Raúl Arias estuvieron en desacuerdo con el trato que se les dio en sus equipos pasados y con su posterior inclusión al equipo de Aguascalientes. El respeto y el compromiso en un proyecto se deben de ganar, se deben de contagiar, se tienen que mostrar con el ejemplo, y es un hecho que no se compran ni se imponen. Los directivos trataron de hacerlo a la “malagueña” y ya sabemos cuáles fueron los resultados: el equipo no estaba unido, no tenía espíritu, murió “de nada”. Esto fue lo que en mi opinión le sucedió al Necaxa.
Bueno, corrijo, no fue lo que le sucedió al Necaxa, esto fue lo que le hicieron a los Rayos. Durante varios años –al menos unos cinco– el Necaxa ha sido el “patio trasero” (como diría Aguilar Zínser) del Grupo Televisa y del América. Se ha dedicado a proveer de jugadores al equipo consentido del Grupo y de vez en cuando al hermano más chico. No ha sido una prioridad, eso está más que claro. Por eso la poca afición, por eso el cambio de sede, por eso las malas temporadas, por eso el descenso… A mí me cuesta entender cómo un equipo que fue tan ganador la década pasada tenga tan pocos seguidores y se encuentre olvidado por la mayor parte de los amantes del futbol mexicano.
Dicen que de todo lo malo algo bueno tiene que salir y ojalá que con esta crisis – y más que nada, con el dinero perdido – Televisa decida vender el equipo a otro dueño, otra sociedad, otra empresa, cualquiera a quien sí le interese el Necaxa como prioridad, alguien que lo devuelva al lugar que merece (porque se lo ha ganado) en nuestro balompié. El tiempo en la división de ascenso les ha servido a otros equipos para reestructurar, reorganizarse, renovar directivas y estatutos y volver al máximo circuito con nuevos bríos. Así les sucedió a Tigres y al Atlante en los casos más recientes. Sería un grave error seguir el ejemplo del Puebla a quien el tiempo en Primera A no le sirvió de nada, no hubo autocrítica ni evaluaciones de lo sucedido y los problemas en la directiva continúan y no se ve para cuando terminen.
Sin embargo, desde mi punto de vista, lo peor que le puede suceder a los Rayos es que Salamanca se corone en la Primera A y así los hidrocálidos puedan jugar la promoción contra el Tijuana y quedarse en la Primera Nacional. O similarmente, que Televisa compre alguna de las franquicias existentes en el máximo circuito o la que ascienda en agosto. Sé que los aficionados necaxistas me odiarán pero de esta forma las cosas seguirían como siempre, no habría reestructuración, continuarían siendo el back-up del América, tendrían más campeonatos sin emociones, sin ilusiones, grises. Tarde o temprano, como en este torneo, terminarían muriendo “de nada”.
Tiempo de Compensación- “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar” reza el refrán popular y los seguidores de Tigres han entendido el mensaje. El caso felino es una calca de la situación necaxista y los aficionados neoleoneses han firmado una carta en donde piden a la empresa Cemex, dueña mayoritaria del equipo, que dé un paso al costado y permita a otras personas manejar a los Tigres. Como pintan las cosas parece cuestión de tiempo para que los universitarios corran con la misma suerte que los Rayos y aunque la directiva parece no entenderlo, los verdaderos aficionados sí. Creo que será imposible que los reclamos de los seguidores encuentren eco en la directiva pero es una buena forma de señalar que las cosas no van bien, que ellos son los responsables directos del problema de los Tigres y que seguirán presionando por que se levante el equipo de sus amores. Una vez más, lo mejor que tienen los Tigres de la UANL son sus fieles aficionados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario